¿Qué es una piscina “sostenible”?
Aquella que incorpora elementos claves para lograr un menor impacto ambiental, en el sentido que reduce de forma significativa el consumo de recursos (agua y energía), siendo viable en cuanto al coste de mantenimiento y retorno de la inversión inicial.
Decálogo de piscina sostenible
1. Evitar o bien detectar y reparar fugas originadas por defectos constructivos o mantenimiento deficiente. Cada pequeña fuga que pierde 1 gota de agua por segundo genera pérdidas de 8.000 litros/año.
2. Colocar un cobertor reduce las pérdidas de agua por evaporación en un 30% en piscinas públicas y hasta un 65% en piscinas privadas. Como consecuencia se consigue un ahorro del 25% de energía en los procesos de evaporación, convección y climatización. Además, es uno de los elementos de seguridad cuya aplicación es obligatoria por normativa en otros países (p. ej. Francia).
3. Emplear la iluminación por LEDs permite ahorrar hasta un 80% de energía gracias a la mayor eficiencia energética de esta tecnología, combinado con las ventajas de una mayor vida útil y más prestaciones (colores, secuencias, etc.).
4. Tratar el agua de la piscina durante todo el año (no abandonar la piscina en invierno). Una vez llena la piscina, el agua se mantiene en condiciones durante todo el año, y ya no se debe vaciar. Así se consigue un importante ahorro de agua, se evita la aparición de problemas estructurales y de fugas y se facilita la puesta en marcha en primavera ahorrando a la vez agua y producto químico.
5. Emplear un limpiafondos automático autónomo, además de aportar comodidad a la hora de limpiar el vaso de la piscina y menor esfuerzo de mantenimiento, permite ahorrar más de un 20% de agua en el lavado del filtro.
6. Optimizar la frecuencia y el tiempo de la filtración así como los lavados del filtro. Utilizando vidrio reciclado como medio filtrante se ahorra hasta un 25% de agua en los lavados del filtro. En piscinas públicas, el lavado con aire y agua aporta entre un 30 y un 60% de ahorro de agua. En piscinas privadas, las válvulas automáticas ayudan a optimizar la frecuencia y la duración del lavado del filtro.
7. En la piscina pública, la recuperación del calor y de los condensados son elementos de alto valor añadido y mínima inversión. Con los recuperadores de calor-agua se obtiene un ahorro de energía de hasta un 80% en el calentamiento del agua de reposición. Los recuperadores cruzados de calor aire-aire ofrecen un rendimiento similar. Los sistemas de recuperación de condensados permiten recuperar el 100% del agua condensada y su reutilización para sauna, lavanderías, etc.
8. La automatización de la desinfección permite optimizar el rendimiento del desinfectante utilizado dado que una regulación automática (p. ej. los equipos Pool Watch) permite evitar situaciones de sobredosis o falta de producto químico permitiendo ajustar óptimamente la aplicación de desinfectante y el consumo de regulador de pH mejorando así la calidad del agua y del aire.
Destaca la desinfección realizada por electrólisis de sal. El sistema parte de dos elementos naturales: el agua y la sal. El sistema diluye una pequeña cantidad de sal dentro del agua al instalar el clorador salino. Cuando el agua salada pasa por los electrodos, la sal se convierte en un desinfectante activo, el hipoclorito sódico, que destruye algas, bacterias y hongos. De este modo no sólo existe un ahorro en el consumo de cloro y mayor comodidad, sino que además existe una ventaja de producción de desinfectante in situ (se evita la compra, el transporte y la manipulación de cloro).
Los equipos de desinfección por luz ultravioleta (UV) desinfectan el agua y permiten reducir la dosificación de cloro en un 30%. Además reducen la presencia de subproductos derivados de la desinfección, lo que permite disfrutar de un agua de mayor calidad y ahorrar hasta un 50% de agua de reposición.
9. Minimizar el gasto energético generado por la bomba de recirculación. Instalar una bomba de este tipo permite adaptar su velocidad de trabajo a los requerimientos reales de la piscina lo cual permite ahorrar un 65% de energía eléctrica. Además, es más silenciosa y tiene una mayor durabilidad. En estados como el de California, este tipo de bombas ya son obligatorias.
10. Reducir la carga de trabajo del filtro en la retención de la suciedad del agua de la piscina mediante la instalación de un dispositivo de prefiltración, una solución muy habitual en países como Australia. Gracias a este prefiltro, gran parte de las impurezas ya no llegan al filtro porque quedan retenidas antes. El filtro tarda más en ensuciarse, los lavados del mismo se espacian más en el tiempo permitiendo un ahorro de agua del 50%.